Para asegurar un futuro habitable, la clave está en la urgencia; si juntamos pandemias y conflictos geopolíticos, estamos ante una policrisis muy difícil.
Por: Raúl Asís Monforte González
Presidente de CMIC Yucatán
41 mujeres y 52 hombres, 47 países representados, 21 de ellos desarrollados, 22 en desarrollo, 2 economías en transición y 2 SIDS (pequeñas islas estado en desarrollo). El escenario: la hermosa región turística de Entrelagos (Interlaken), Suiza, situada precisamente entre los lagos Thun y Brienz. Una semana intensa de reuniones, opiniones, revisiones, participaciones, posturas, que derivaron en la emisión del más reciente y muy esperado reporte de evaluación, a cargo del Panel Intergubernamental de expertos en Cambio Climático (IPCC). Su conclusión más importante: Es necesario actuar con urgencia para asegurar un futuro habitable para todos.
Los científicos reunidos para llevar a cabo esta última evaluación y redactar el reporte dijeron con claridad: para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y adaptarse al cambio climático ocasionado por los seres humanos, existen múltiples opciones que son alcanzables y efectivas, pero lo más importante, es que están disponibles hoy mismo para cualquiera que desee implementarlas.
Popularizar las acciones efectivas y justas que tenemos disponibles, no solo ayudaría a reducir las pérdidas y los daños para la naturaleza y las personas, sino que también proveería de amplios beneficios, eso ya lo sabemos, pero en este reporte hecho público el pasado lunes 20 de marzo, el IPCC destaca la urgencia de implementar acciones mucho más ambiciosas y de empezar a actuar ahora mismo, con prisa, a toda velocidad.
El desafío es enorme, ya que continuamente las emisiones de GEI han ido aumentando. Mientras tanto, la velocidad y la magnitud de lo que se ha hecho hasta ahora, es claramente insuficiente para lidiar con este gran problema de la humanidad.
Mas de un siglo quemando combustibles fósiles y haciendo un uso insostenible e injusto del territorio y de la energía, ha tenido como consecuencia un calentamiento global de 1.1º Celsius por encima de los niveles pre industriales y por esa razón se han hecho más frecuentes y más intensos los fenómenos climáticos extremos, cuyos impactos son cada vez más peligrosos para la naturaleza y para las personas en cada región del mundo. No existe rincón alguno del planeta que escape a estos impactos.
Si además estos riesgos se combinan con otros eventos adversos, como pandemias y conflictos geopolíticos, entonces estamos ante una policrisis muy difícil de gestionar adecuadamente.
Es crucial atender la justicia climática, ya que aquellos que menos han contribuido a generar el cambio climático, están siendo injusta y desproporcionadamente afectados. En la última década, los fallecimientos debidos a inundaciones, sequías y tormentas, se multiplicaron por quince en las regiones de más alta vulnerabilidad, y en ellas habita más de la mitad de la población global.
Mantener el calentamiento en 1.5º Celsius requiere reducciones profundas, veloces y sostenidas de GEI en todos los sectores, que empiecen de inmediato a decrecer, y que al llegar a 2030 hayan sido eliminadas al menos la mitad de ellas.
Hoesung Lee, presidente del IPCC, señaló que el cambio transformacional es más probable que ocurra ahí donde hay confianza, donde todos trabajan juntos con la prioridad de reducir los riesgos, y donde los beneficios y las responsabilidades son equitativamente compartidas. ¡Es urgente hacerlo!
Raúl Asís Monforte González.
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