En Chichén Itzá el conflicto duró 6 días; en Dzibilchaltún… 3 años
Los ejidatarios que mantuvieron bloqueada la carretera federal 180 Mérida-Puerto Juárez en el tramo Pisté-Xcalacoop impidiendo el acceso de turistas a la zona arqueológica de Chichen Itzá durante 6 días, ayer liberaron el camino tras mantener el diálogo con el gobierno federal, pero no fue magia… ni casualidad.
Sabemos que no es el primer caso en el que ejidatarios demandan al gobierno federal el pago de sus tierras y bloquean el acceso a sitios de importancia histórica, incluso denominadas patrimonio cultural por la Unesco, como fue el asunto en Dzibilchaltún, que duró tres años cerrado. Sí, leyó bien.
La pregunta básica es ¿por qué en solo 6 días se resolvió el tema de Chichén Itzá? Vale la pena aclarar que los dos sitios son igual de importantes.
Sin embargo, para que tenga una idea, según las estadísticas en Dzibilchaltún ingresan al año en promedio de 150 mil a 180 mil visitantes, cuando en Chichén Itzá se reportaron 2.6 millones de turistas nacionales y extranjeros en 2022.
Además de las pérdidas multimillonarias que esto representa, Chichén Itzá, considerada una de las 7 nuevas maravillas del mundo moderno, forma parte estratégica del proyecto más importante de la administración federal encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador: El Tren Maya.
La atención inmediata a las demandas de los ejidatarios y vendedores ambulantes que planteaban acusaciones de corrupción infundadas, fueron acalladas mediante “el diálogo” con el gobierno federal.
Lo cierto es que Chichén Itzá nunca cerró sus puertas, pero el turismo no llegó. A partir de hoy, la historia se reinicia, marcando un antes y un después, aunque no fue magia, ni casualidad… sin duda alguna.
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