La quema del Año Viejo, un ritual de purificación; la tradición de quemarlos es como una limpieza.
En algunas partes de América Latina, la quema de muñecos de trapo se utilizó para desechar de manera simbólica las aflicciones del año que terminaba. En estos días, no es raro ver a superhéroes o expresidentes en llamas.
Según la tradición, la quema a medianoche del muñeco es un ritual de purificación para alejar las energías negativas del año que culmina, que representa la eliminación de lo pasado para permitir la regeneración del tiempo y las energías, y abrir el camino para la buena suerte al año venidero.
El muñeco
Según la tradición, la quema a medianoche del muñeco es un ritual de purificación para alejar las energías negativas del año que culmina, que representa la eliminación de lo pasado para permitir la regeneración del tiempo y las energías, y abrir el camino para la buena suerte al año venidero.
Así, poco a poco, pantalones, camisas, sacos, ropas viejas, aserrín, papel periódico y otros elementos que ya no se usan empiezan a llenar y darle forma al muñeco del Año Viejo, representando algún personaje, ya sea de la política, de la farándula, de la vida nacional, deportistas, o acontecimientos regionales, nacionales o internacionales que marcaron el año, con un toque de sarcasmo, humor, ironía. Y eso sí, sin que falte la botella de licor que lo acompaña.
Y por supuesto, la lectura del “testamento”, que se realiza antes de la quema y mediante el cual el “difunto” en tono irónico hace recuento de los sucesos del año y da recomendaciones haciendo referencia a todos sus “haberes” y “teneres”.
La quema también se convierte en el escenario de reunión entre familiares, vecinos y amigos, que en torno a la figura del Año Viejo, se congregan para compartir las meriendas, las historias, los brindis, el baile, las tristezas o los malos momentos que se quieren quemar con el muñeco. las ilusiones para el año que viene.
Al llegar la medianoche, en medio de los abrazos, de comer las doce uvas, de recorrer las calles con la maleta para tener viajes, de cambiar la ropa interior por la de color amarillo, de poner lentejas en el bolsillo, se enciende el Año Viejo para dar paso a las ilusiones, a un nuevo año esperanzador.
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