Izamal, Pueblo Mágico de Yucatán, en el top del Turismo Religioso; el segmento debería ser mejor aprovechado, investigadores.
El Pueblo Mágico de Izamal, en el Estado de Yucatán es uno de los destinos de turismo religioso más visitados durante la época de Semana Santa, reveló el investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), Enrique Propin Frejomil.
El también integrante de la Academia Mexicana de Investigación Turística planteó que si se promovieran otros lugares con ese perfil, el turista puede llegar y dejar importante derrama económica, aunque en varios destinos lo que hace falta es infraestructura como hospedaje y restaurantes.
Según su estudio, México se encuentra entre los primeros lugares del mundo como destino de turismo religioso, aunque lamentablemente su potencial no es aprovechado al máximo debido a la escasa infraestructura, además de poca movilidad en muchos casos.
Con base en sus investigaciones, el fenómeno de las “apariciones” ya sea de personas, imágenes u otras manifestaciones, tiene en la nación mexicana ese modelo de lugares que son muy visitados.
No obstante, la movilidad se centra en un grupo reducido de lugares, normalmente asociados a una capital o una ciudad.
El turismo religioso en el país se concentra en pocos sitios, como:
La Basílica de Guadalupe, en primer lugar en el centro del país, es decir en la CDMX.
Destaca también Izamal, el Pueblo Mágico de Yucatán, que se potenció con la visita del Papa Juan Pablo en 1993, cuando el 11 de agosto por la mañana, recorrió la ciudad, acudió y oró en la catedral de la ciudad, viajó en helicóptero a Izamal para la misa con las poblaciones nativas, retornó a Mérida horas más tarde y presidió una nueva ceremonia religiosa en los terrenos de Xoclán al poniente de la ciudad, acto al que acudió un millón de personas, según dijeron las autoridades.
Otros de los destinos de turismo religioso son Nuestra Señora de San Juan de los Lagos; el Señor de Chalma; Nuestra Señora de Talpa, Zapopan; el Santo Niño de Atocha, en Zacatecas, que es muy venerado internacionalmente, y Nuestra Señora de Juquila, que son los más icónicos”.
El integrante de la Academia Mexicana de Investigación Turística, reveló que si bien “No pasan de 15 los destinos de turismo religioso, cuando uno rastrea hay opciones que serían promotores de desarrollo de comunidades más alejadas, pero nuevamente el problema es la accesibilidad al lugar y al no tener infraestructura turística se pierden oportunidades”.