Ciudadanos sanos son el mayor regalo que cualquier país puede tener (Winston Churchill)
REVOLTIJO
Por Eloísa González
En la cuerda floja, así estamos en Quintana Roo desde hace meses, en un continuo vaivén en los colores del semáforo epidemiológico que de plano los ciudadanos no confiamos en el color vigente y sin el menor recato, respeto y temor nos pasamos las medidas y protocolos sanitarios impuestos por la autoridad estatal por el arco del triunfo.
La gama es multicolor, de verde a amarillo, amarillo a naranja, naranja a rojo, habría que sumar el negro (ausencia de color) de poco o nada sirven los famosos “colores” del semáforo ya que cada quien los ve del color que le da la gana y hasta con matices, de acuerdo a los intereses vigentes, incluyendo a las autoridades que se supone deben poner el ejemplo y no es así.
No sé si reír, llorar, enojarme o explotar en cólera, hace unos días y a horas de que el gobernador Carlos Joaquín decretara el “temido” semáforo naranja, se inauguró el nuevo edificio de la CROC en Cancún y la constante fue la gran cantidad de gente, entre autoridades, invitados y uno que otro colado, quienes compartieron cara a cara, hombro a hombro sin que nadie chistara.
Y no conforme con lo anterior, la ahora candidata a la gubernatura de Quintana Roo, Laura Fernández Piña, se tomó la foto del recuerdo al igual que sus acompañantes sin cubre bocas, congruencia señoras y señores, entre lo que se dice y se hace, en este caso la salud pasó a segundo término, es más no se acordaron por unos minutos de la pandemia, claro, la promoción y publicidad primero antes que la salud.
Las reiteradas amenazas de las autoridades me recuerdan cuando era niña y me decían “ahí viene el coco” con tal de que obedeciera, la pandemia va más allá de amenazas, recomendaciones, sugerencias, imposiciones, y mucho menos de infundir miedo en la población, aunque (el miedo) es la mejor forma de controlar a las masas, tal vez es lo que se pretende en tiempos electorales.
Se supone que, en el semáforo naranja, digo se supone, porque nadie hace caso, ni las propias autoridades, el aforo en espacios es de un 30 a 50%, reducción de movilidad comunitaria (que no se cumple), operación de actividades esenciales reducida al 75%, de las actividades no esenciales reducida al 50%, uso de cubrebocas obligatorio en espacios públicos cerrados y sin posibilidad de mantener sana distancia.
Del 24 al 30 de enero estará vigente el semáforo naranja en Quintana Roo y se aplicará la tercera dosis de refuerzo a los adultos de 60 años y más, en los municipios de Benito Juárez, Solidaridad, Tulum y Felipe Carrillo Puerto con vacunas de AstraZeneca y Moderna, a la fecha se han aplicado en el estado dos millones 414 mil 325 vacunas contra Covid-19.
Así pues, estimados lectores de Revoltijo, todos felices, todos contentos, aplicando el color del semáforo a nuestro antojo, acorde a nuestros intereses necesidades y hasta caprichos particulares y que la pandemia ruede, ojalá y no se convierta en una gran bola de nieve en las próximas semanas.