Viajar es explorar, descubrir, sentir y conocer las maravillas que forman parte del legado de un país y su cultura y de las creencias que han forjado la historia del hombre. El turismo ha vivido un paréntesis marcado por la expansión mundial del coronavirus y las medidas que han tomado los diferentes gobiernos para tratar de frenar su propagación. Sin embargo, la paulatina normalización que se está llevando a cabo abre la puerta a volver a tener la oportunidad de conocer rincones inigualables con un significado que va más allá de lo meramente arquitectónico.
El turismo religioso es la modalidad de viaje motivada por la fe, la espiritualidad, la devoción o el interés por conocer el patrimonio de arte sacro que incluye todos los credos de interés turístico. Dentro y fuera de nuestras fronteras se encuentran lugares únicos donde las creencias y la belleza artística dan lugar a monumentos que son símbolos para una religión determinada, así como para los amantes de la cultura.
A lo largo de la geografía peninsular se encuentran varios monasterios que han sido declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad:
Monasterio de Guadalupe (Guadalupe, Cáceres)
Monasterio del Poblet Cataluña (Poblet, Tarragona)
Monasterio y Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial (El Escorial, Madrid)
Monasterios de Yuso y Suso (La Rioja)El Vaticano, el principal destino religioso para los cristianos
Entre las calles de Roma se encuentra una nación con una historia y una riqueza cultural y patrimonial inigualable. El Vaticano, sede del poder cristiano en el mundo y hogar del Papa Francisco es un destino religioso donde el viajero no solo puede descubrir pinturas y obras de artistas inmortales del Renacimiento, como la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, sino también visitar la tumba del apóstol San Pedro o escuchar una misa oficiada por el propio Pontífice.
Jerusalén, punto de encuentro de religiones y de la historia
Jerusalén es un punto de encuentro único para el cristianismo, el judaísmo y el islam. A lo largo de su extensión se encuentran edificios y lugares que hacen de esta ciudad un destino religioso sin igual en el que la mezcla de culturas ha perdurado a lo largo de los siglos. Estos son los principales rincones que hay que descubrir en Jerusalén:
Basílica del Santo Sepulcro: El lugar donde, según los evangelios, se produjo, la crucifixión y resurrección de Cristo.
Muro de las lamentaciones: Los restos del antiguo Templo de Jerusalén son, probablemente, el lugar más sagrado del judaísmo.
Explanada de las mezquitas: Junto con la Meca y Medina, es uno de los principales sitios de peregrinación para los musulmanes. Aquí se encuentra la roca donde se dio el sacrificio de Isaac, uno de los pasajes más destacados de las tres principales religiones.
Monte de los Olivos: Según la tradición cristiana, era un lugar de oración habitual para Jesús. Desde esta ubicación hay una vista única de la ciudad. Fuente :IFEMA