El Gobernador electo, Joaquín Diaz Mena quiere rendir protesta en La Plaza Grande.
Autoridad estatal fracasa en su intento de imponer estilos.
La modernidad no justifica la destrucción del patrimonio colonial de Mérida, tampoco el capricho de un grupo selecto, así que gracias a la presión ciudadana, las autoridades estatales dieron marcha atrás en su proyecto y se vieron obligadas a “regresar” las bancas de hierro forjado que han caracterizado al sitio más emblemático de la capital yucateca: La Plaza Grande de Mérida.
Pese a que en su afán de terminar en tiempo y forma, con más de un 70 por ciento de avance en los trabajos, según las autoridades estatales, ya se habían “descargado” en el lugar las nuevas bancas de granito, pero se tuvieron que retirar ante el disgusto de la ciudadanía.
Especialistas en urbanidad, señalan que esto era innecesario si el gobierno del estado hubiera consensuado el proyecto debidamente, pues aunque aseguran haberlo hecho, la realidad es que la ciudadanía manifestó su enojo y no les quedó otra más que regresar al concepto original.
Por otra parte, el gobernador electo de la entidad, Joaquín Díaz Mena, ha reiterado que pretende que la toma de posesión de su nuevo cargo sea precisamente en la Plaza Grande de Mérida.
Incluso Huacho, ha declarado que solicitará al Congreso del Estado (la nueva legislatura de mayoría morenista asume el 1 de septiembre) que realice una sesión extraordinaria en la Plaza Grande.
¿Qué pasó?
Gracias a la presión ciudadana, las bancas de hierro forjado de la Plaza Grande han regresado a su lugar original. La comunidad se unió para exigir respuestas sobre el paradero de estas bancas históricas y, finalmente, han sido reinstaladas junto a las bancas nuevas.
Fue a principios de enero de 2024 cuando el gobernador Mauricio Vila Dosal anunció la renovación de la Plaza Grande de Mérida con una inversión de 100 millones de pesos, misma que comenzó en abril con la promesa de estar concluida antes del 01 de octubre, para dar paso a la nueva administración de Joaquín Díaz Mena
Lo cierto es que mediante las redes sociales, la ciudadanía mostró su indignación y justamente ayer, como por arte de magia, reaparecieron las bancas y ya han sido instaladas junto a las nuevas.
Es un triunfo para la comunidad, que no se quedó callada ante la desaparición de esas bancas históricas.
Especialistas señalaron que la presión ciudadana exigió justicia y pidió que se respete el patrimonio histórico de la Plaza Grande.
No obstante, hay otro tema en el tintero y se trata de los árboles que fueron retirados o que se trasplanten nuevos para devolverle la sombra y la belleza natural que caracterizaban a este espacio público.
Lo cierto es que al cierre de la administración panista de Mauricio Vila Dosal, se ha generado un intenso debate entre los ciudadanos y expertos en patrimonio cultural.
La eliminación de árboles centenarios y la sustitución de las bancas de hierro forjado por un diseño contemporáneo han sido las decisiones más polémicas.
La remodelación de la Plaza Grande de Mérida es un ejemplo de cómo la falta de planificación y consulta ciudadana puede llevar a la destrucción del patrimonio cultural. Es hora de que el gobierno escuche a los ciudadanos y trabaje para preservar la identidad cultural de la ciudad o ¿usted qué opina?
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