Pbro. Mario Medina Balám, segundo obispo auxiliar de la arquidiócesis de Yucatán; “cuando quieran decirme algo, que sea personal; no usen las redes sociales”.
En el marco de una solemne ceremonia católica que duró casi tres horas ante más de cuatro mil feligreses reunidos en el Centro de Convenciones Siglo XXI, el Presbítero Mario Medina Balám se convirtió en el segundo Obispo Auxiliar de la arquidiócesis de Yucatán, al recibir el ordenamiento de parte del arzobispo Gustavo Rodríguez Vega, titular de la sede arzobispal.
Mario Medina es el segundo sacerdote de origen maya que alcanza esta dignidad en la iglesia católica y se dijo abrumado por la consideración del Papa Francisco, al ordenarle un nuevo encargo para trabajar en la sede arzobispal de Yucatán.
La ceremonia fue presidida por el nuncio apostólico en México, Joseph Spiteri, el arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega y el arzobispo de Jalapa, Jorge Carlos Patrón Wong y fue realizada en el gran salón del Centro de Convenciones Siglo XXI.
Monseñor Mario Medina Balám nació en el municipio de Abalá en 1963, fue ordenado sacerdote en esta ciudad en junio de 1987. Es doctorado en Filosofía, Licenciado en Teología, y abogado especialista en Derecho Canónigo desde 1990 por la Universidad Pontificia de México.
El prelado dijo que la Santa Sede le notificó el pasado mes de febrero su nueva designación, por lo que se realizaron las actividades correspondientes para realizar la ceremonia religiosa de Ordenación Episcopal-
Al acto acudieron invitados 14 obispos de distintas sedes del país, más de 120 sacerdotes y misiones yucatecos, funcionarios del gobierno federal, estatal y municipal y poco más de 3 mil 800 feligreses, religiosas y grey católica.
Ante la imagen del Cristo Negro de Kinchil, traído exprofeso a esta ciudad para esta ceremonia, la Virgen de la Estrella, de la población de Peto y la representación de San Juan Bautista, el nuevo obispo auxiliar recalcó que, los designios de Dios siempre son para mejorar, ya que, él tenía otros planes en la vida, como docente de la Universidad Pontificia y ahora ha sido elevado al rango de obispo teniendo como sede la capital de su estado.
Al ofrecer un mensaje en lengua maya, el Prelado destacó que encomendaba su trabajo y vocación al compromiso establecido con la fe y esforzarse más para lograr trabajar en favor de las vocaciones sacerdotales y reconoció la crisis que vive la iglesia católica por la falta de vocaciones religiosas.
Según señaló, el blasón seleccionado para su desempeño Episcopal incluye, en cuatro cuadros, la imagen de la Virgen de Izamal, la imagen del Buen Pastor, en memoria de Jesucristo, un mapa del estado de Yucatán, con una estrella que simboliza a Mérida como sede la arquidiócesis y un anagrama que refieren valores y conceptos espirituales católicos que son sus máximas en esfuerzo de la fe.
El blasón lleva el lema en latín: “El oficio o deberes del buen pastor es la caridad”, manifestó.
La celebración religiosa se prolongó por espacio de tres horas, donde se impuso el ceremonial de la investidura y que se acompañó con cánticos, muestras de reconocimiento y la ronda de bendiciones para los asistentes.
La ceremonia concluyó con un recorrido que realizó el nuevo obispo auxiliar por todo el recinto para saludar y dar la bendición a los presdentes.
La violencia es mundial; no dejemos de orar
Previo a la ceremonia de Ordenación Episcopal, el representante diplomático de la Santa Sede en México, Joseph Spiteri, en compañía del arzobispo Gustavo Rodríguez Vega y el padre Mario Medina Balam, ofrecieron una conferencia de prensa en donde Spiteri fue cuestionado sobre la violencia que aqueja al país.
“La Iglesia católica vive también la situación de la población con la violencia, pero la Iglesia pide el diálogo para la conversión de estas personas para regresar a la paz y construir una sociedad de dignidad y derechos de las personas”.
Agregó que las mujeres y niños mexicanos también sufren o por estas altas tasas de violencia, por lo que pidió más concientización, educación y responsabilidad de las autoridades para proteger a la sociedad y evitar esas situaciones.
En torno al clima de violencia dijo “Muchos sacerdotes viven en estos ambientes, saben muy bien del riesgo que corren y siguen cumpliendo su misión a pesar de todo, porque quieren ofrecer este testimonio de la presencia de Dios en medio del mundo”.
Ante los medios de comunicación, Spiteri recalcó que el mundo está lleno de realidades no tan bellas, pero es la realidad de toda la población.
“El problema de la violencia, como el de los migrantes es mundial, pero esta violencia es muy latinoamericana”, dijo.
Las autoridades civiles tienen un deber primordial, para poner orden, para proteger a los ciudadanos. Como sabemos, la Iglesia católica ha lanzado mesas de dialogo para escuchar a las víctimas. Como dice el Papa Francisco, debemos dialogar con todo el mundo, incluso con los criminales, porque siguen siendo nuestros hermanos, pidiendo la conversión, porque la iglesia no le cierra las puertas a nadie”, aclaró.
Tenemos que rezar más por la conversión de estas personas, agregó, el mandato de Jesucristo es conocido y claro, el Señor demanda y pide la conversión, por el bien de la sociedad y de todos, añadió.
También se le preguntó sobre los hechos de violencia y muerte de migrantes que se ha presentado en Chihuahua y el crimen contra dos frailes también en ese mismo estado. Dijo que, la situación de los migrantes es dificil, pero sirve mucho como cristianos, saber que los migrantes son humanos como nosotros. La iglesia católica está haciendo mucho, porque está trabajando en albergues y casas donde acogen a los migrantes.
Es un deber como cristianos y como humanos dar atención de los migrantes, acogerlos y protegerlos, porque sufren y son agredidos y viven angustias y situaciones muy difíciles en la búsqueda por tener mejores oportunidades de vida y lograr metas personales en sitios y lugares ajenos, agregó.
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