Por Alejandra Sánchez.
Presidenta de Arquitectos e Interioristas de México (AAI)
El pasado lunes, el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) puso a disposición como todos los años en su sitio web, su ya famoso reporte de datos relevantes en el sector de la construcción.
Cabe mencionar que son datos que se analizaron en todo el 2022 y que nos dan una idea de lo que pudiera estar vigente por lo menos hasta el primer trimestre del 2023. Hay que enfatizar que, pese al avance de inversión en la construcción en varios estados, las vulnerabilidades se mantienen para el 2023.
Por supuesto que también hay zonas o estados en la república mexicana que manifestaron mucho más movimiento en este rubro debido a obras federales como por ejemplo: Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Veracruz, Tamaulipas y Monterrey; lo que “salvó” un poco a la numeralia del 2022.
De lo más relevante del reporte podemos mencionar los siguientes puntos:
La construcción ha sido de los sectores más rezagados en la economía mexicana, ya que no ha logrado recuperar sus niveles prepandemia y su comportamiento tuvo altos y bajos durante todo el 2022.
A inicio del año, en enero, la inversión creció 4.8%; para febrero, tuvo su caída más pronunciada con -6.7%, volviendo a presentar una recuperación de 4.2% en marzo. Mientras que abril (-0.5%), mayo (-2.5%), junio (-0.5%), julio (-0.2) y septiembre (-0.9%) fueron meses negativos para la industria.
Por su parte, la inversión en el segmento de vivienda retrocedió -4%, en comparación con el 2021.
Octubre 2022 fue el mejor mes para la inversión en construcción desde abril, periodo en el que perdió 4.15% de su valor ante la combinación de incertidumbre y el alza de las tasas de interés.
Actualmente, la actividad en el sector comienza a moverse, especialmente, por la ejecución de proyectos industriales, comerciales y de servicios.
El gasto efectuado en la construcción creció 2% a tasa mensual durante el décimo mes del año pasado; aunque, en el comparativo anual el resultado fue negativo (-0.5%).
El gasto en edificaciones no residenciales creció 2.6% a tasa anual en octubre del 2022.
Los niveles de empleo y valor de la construcción siguen por debajo de 2018.
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La obra pública impulsó el desarrollo de la construcción al cierre del 2022, principalmente por el avance de las obras como la Refinería Dos Bocas, cuatro tramos del Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Las obras relacionadas con transporte y urbanización (financiada con recursos públicos y que se relaciona con carreteras, caminos, puentes, aeropuertos obras ferroviarias o infraestructura marítima y pluvial, principalmente) crecieron el 5% en noviembre, con lo que remontaron la caída del 5.6% del mes anterior.
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