Marco Lepine llegó a Seúl hace seis años. Un viaje familiar no le dio opción y se vio obligado a vivir en esa ciudad, donde el idioma y la cultura se convirtieron en su oportunidad para emprender.
¿Cómo fue que llegaste a Seúl y cuál había sido tu experiencia como emprendedor?
Tuve cierta experiencia en el sector logístico y textil antes de emigrar, y tengo una familia multicultural. Esta es la razón por la que hace ocho años llegué a Seúl con mi esposa, que es de nacionalidad coreana.
¿Cómo lograste adaptarte?
En los primeros años daba clases de español, meses más tarde emprendí mi primera cafetería, en la que combiné justamente la idea de hacer de ‘Hola Café’ un lugar para aprender, estudiar, trabajar e intercambiar el español.
¿Qué tan gran grande es el volumen del consumo de café?
Corea del Sur es el séptimo país importador de café en el mundo, con más de 500 tazas tomadas por persona al año, según datos de la agencia Yonhap News. En 2019, las importaciones alcanzaron un récord de 150,185 toneladas y, aunque en 2020 tuvieron una caída por el COVID-19, es un mercado que firmas como KB Financial Group prevé que seguirá en aumento, debido a la alta demanda entre los jóvenes. El café es caro: los consumidores pagan hasta cinco dólares por un americano.
¿El café es buen negocio?
No solo café, se vende espacio. Al principio aposté por traer un café mexicano pero la gente no distinguía y lo confundía con una bebida especial, así que el producto estrella terminó no siéndolo y su lugar lo ocuparon las charlas de intercambio de idiomas. Fue aquí donde descubrí la esencia de ‘Hola Café’. El negocio de las cafeterías no es el café, es el espacio. La gente viene a quedarse aquí, por el lugar.
En Corea del Sur el punto de reunión son las cafeterías, ya que los restaurantes no permiten hacer sobremesa. De este modo, estos espacios se convierten en una especie de coworking o lugares de estudio.
MARCO LEPINE.- Al cerrar por la pandemia seguí con las clases privadas con grupos pequeños para cumplir las regulaciones durante todo el día. Lo primordial es nunca bajar la guardia.